Y continuamos con la sección destinada a denunciar los atentados contra el buen gusto que voy encontrando. Esta vez le toca el turno a Lladró y muchos de vosotros diréis: «¿Te extrañas de que Lladró te parezca de mal gusto? Pues no me extraño, no, pero sí me da rabia que siga encontrándome con escaparates como el de abajo en su tienda de Serrano después de ver la evolución de la firma (¿alguien me aclara cuál es la relación de los paraguas con las figuritas?).
Habiendo hecho en los últimos años un ejercicio de renovación contratando a Jaime Hayón como director creativo de Lladró Atelier, la linea Metrópolis de Inma Bermúdez o colecciones con Bodo Sperlein (en orden en las imágenes de abajo), de repente les entra el ataque de ranciedad y vuelven al estilo que les ha dado dinero, que no prestigio, según mi opinión…
Señores de Lladró, está muy bien que tengan público para esas «cosas» y que las quieran promocionar pero cuiden más su imagen en la capital.
Consejo de mejora: Destinar al menos uno de sus escaparates a lo que de verdad están haciendo bien, romper sus propios moldes.